
Maestro en Derecho Jalil Ascary Del Carmen Clemente[1]
Estimado lector, estoy seguro de que has escuchado la frase “Aquel que no aprende de su historia, está condenado a repetirla”, es una reflexión para que cada persona conozca la esencia de su sociedad o de su nación, esto permite aprender, contribuir y construir una mejor comunidad.
De lo anterior, para entender nuestro presente es necesario conocer nuestro pasado, la evolución de nuestra historia de la actividad física y deportiva, no sólo son 500 años de historia, sino un poco más de 2500 años de historia, con los cimientos del hombre en América del Norte, en las zonas culturales conocidas como Aridoamérica, Oasisamérica y Mesoamérica, de esta última estoy seguro que recuerdas más las civilizaciones Olmecas, Totonacas, Teotihuacanos, Mayas, Aztecas, entre otros más, pero que debo decirte un dato muy peculiar, sabías que en las zonas culturales el factor en común fue la evolución de lo que conocemos como el juego de pelota; pero no sería lo único a partir de los orígenes de los pueblos indígenas tenemos un arraigo a los juegos y deportes autóctonos o tradicionales, con el paso del tiempo, hoy en día forman parte de nuestro patrimonio cultural deportivo, pero no sólo para eso, sino para saber para que somos buenos respecto a la actividad deportiva.
Ahora bien, el deporte por sí sólo está basado en la teoría del entrenamiento, sin embargo al ser complejo, cambiante, dinámico y tener contraste de realidad, se requiere de las ciencias sociales como la antropología social, la economía, la psicología, la sociología, la ingeniería social que tanto ha impulsado el Dr. Jesús Galindo, entre otras ciencias más que se debe considerar en las políticas públicas en el deporte.
Si bien el Derecho llegó tarde al Deporte, como lo confirma el abogado suizo, Francois Carrard, esto implica que hoy en día exista una normatividad que se vincule al deporte, es por ello, que la política pública debe tener un fundamento legal, no hay que inventar el hilo negro, es simplemente que leer la Ley General de Cultura Física y Deporte vigente, así como la iniciativa de la misma, contempla que la colaboración y la coordinación entre la Federación, los Estados, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, como el sector privado social, a través de la activación física, cultura física y el deporte se debe de prevenir del delito y prevenir enfermedades, lo cual lamentablemente no existe ninguna política pública sobre este tema, ni mucho menos alguna autoridad deportiva que la impulse, o se vincule con otra autoridad de seguridad o de salud.
Se debe dejar de utilizar el denominado “Deporte para todos”, es una mala definición porque no todos hacen deporte para competir, se tiene que ver hacia el ocio, la recreación, a los estudiosos de la Administración de Tiempo Libre, es mejor denominar “Activación para todos”, ya que así se puede aplicar el ser incluyentes con todas las personas(sin distinción de raza, edad, género o preferencia sexual) para que mejoren su salud física y mental, cuya finalidad pueda ser lo educativo, la salud, entre otros.
También se tiene que fomentar la construcción de un patrimonio cultural deportivo como es la charrería, los juegos y deportes autóctonos y tradicionales, pero por último considerar también a la lucha libre, ya que fue considerada como Patrimonio Cultura Intangible de la Ciudad de México en el 2018, es por ello, que como fundador de la Academia Mexicana de Altos Estudios sobre la Lucha Libre, A.C. (AMAELL), será un placer colaborar tanto con la Cámara de Diputados, así como con el Comité Olímpico Mexicano, A.C., de coadyuvar a que este deporte cultural esté presente en la agenda pública, pero además reconocer el lugar que le corresponde como parte de la identidad nacional.
Nuestro deporte y las políticas públicas, son como una olla de tamal, se quiere aplicar la misma masa para todo (pero existe el tamal veracruzano, el oaxaqueño, los de hoja de maíz: mole, dulce, rajas, etc.) y no nos damos cuenta, que cada esencia es diferente, cada deporte es diferente, que las políticas públicas no se pueden aplicar de manera general, las políticas públicas funcionan en un lugar y tiempo determinado, que hoy en día, existen 2471 realidades, si 2471 municipios, considerando las 16 alcaldías de la Ciudad de México, en cada uno de ellos son diversas realidades.
Finalmente, pertenezco a una Red de Investigadores sobre Deporte, Cultura Física, Ocio y Recreación, que desde el 2006 que se constituyó, todos los que hemos sido parte, concluimos, indicando: que el deporte también se estudia, te invito a que me contactes para aprender un poco más de historia, a través de mi último libro, Breve Historia del Deporte en México y su Impacto Social, Editorial Hypatias Creatividad Editorial, y que se tuvo la oportunidad de publicar en el año 2020, recuerda aprende de tu historia, no para cometer los mismo errores, sino para aprender y mejorar nuestra sociedad en el ámbito deportivo.
[1] Licenciado y Maestro de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctorante en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la misma Universidad. Ha sido servidor público en la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte. Forma parte del cuerpo de jueces de la Federación Mexicana de Natación, A. C. Asociado fundador y presidente de la Academia de Altos Estudios sobre Lucha Libre (AMAELL) y Asociado fundador del Centro Iberoamericano de Investigación en Industrias Creativas (CIIIC). Coautor y autor de diversas obras y artículos en investigaciones relacionadas con el Derecho del Deporte, en revistas científicas nacionales y extranjeras. Su última publicación Breve Historia del Deporte en México y su Impacto Social. Docente en la Universidad YMCA, en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y Universidad de Londres. Integrante de la FIEPS CDMX y copresidente de la Red de Investigadores sobre Deporte, Cultura Física, Ocio y Recreación.