
El futbol es un fenómeno global que genera en todo el mundo pasión por algún club nacional o internacional. Esperas cada semana para ir al estadio, observar a tu club se vuelve un rito, apoyar a tu equipo te genera el ánimo para iniciar la semana, eso sí, todo depende del resultado y de la posición que ocupe tu escuadra en la tabla general.
El ser humano por naturaleza se ilusiona, sueña y se apasiona, el futbol es un catalizador social del cual todos somos parte incluso no siendo un aficionado a este deporte, más de allá de nuestras creencias políticas lo que cuenta es que nos genera un sentido de pertenencia e identidad nacional, muchos nos sentimos representados por los 11 jugadores quienes forman parte del equipo de México.
Hace diez años la historia del futbol mexicano vivió uno de los momentos más gloriosos, ya que el 11 de agosto México derrotó a Brasil en la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, esto fue una hazaña ya que nadie duda de la grandeza del futbol brasileño.

Dicho momento, nos hizo percibir el potencial que tenemos para trascender en el deporte, también nos recordó que las metas son posibles con dedicación, trabajo en equipo y garra. La mejor enseñanza es que se pueden lograr los objetivos que nos tracemos no solo como un equipo de futbol sino como nación.
Construido originalmente por el Imperio Británico en 1924, el antiguo Estadio de Wembley fue el lugar de ocio y deporte más importante de Gran Bretaña, siendo sede de los Juegos Olímpicos en 1948. El mítico y renovado estadio que se ubica en Londres fue escenario del gol que Enrique Borja, centro delantero del equipo mexicano le anotó a la poderosa escuadra de Francia e hizo vibrar a toda una nación en el Mundial de 1966.
Tuvieron que pasar 46 años para que el remodelado estadio de la capital londinense, fuera por segunda vez sede de una justa olímpica, donde la Selección Mexicana se llevaría la victoria, cosechando su máximo logro a nivel mundial en futbol: el oro.
Es difícil encontrar las palabras para describir la emoción que se hizo sentir el sábado 11 de agosto donde todo México se unió, nos hicieron sentir parte de una buena noticia que mucho le hace bien a este país donde también se dan buenas noticias. En esos 90 minutos México soñó, sufrió y logró lo que para el país era nada o poco creíble: ganarle a Brasil, un equipo plagado de estrellas como Marcelo, Oscar, Neymar entre otros, fue una película que terminó con el final perfecto para la selección.
Me quedo con la reflexión de que si trabajamos con constancia, respeto y dedicación, no solo podemos conseguir medallas olímpicas sino llegar a ser mejores como país. Pensemos en cosas en grandes, que nos beneficien como sociedad, porque al final
TODOS SOMOS MÉXICO.
Mariano Ríos Ávila & Ivan López Mateos
Equipo de comunicación del COM