El general José de Jesús Clark, presidente del Comité Olímpico Mexicano, de 1959 a 1966, se sorprendió de la juventud de los tiradores mexicanos que iban a competir en los IV Juegos Panamericanos en Sao Paolo en 1963 y los llamó los “niños del tiro”. En las competencias nacionales eran más conocidos como los “Olegarios”, en honor del miembro más destacado del equipo: Olegario Vázquez Raña.

Representante de México desde los Juegos Centroamericanos de Kingston, Jamaica, en 1962, Olegario Vázquez Raña ganó en ese entonces la primera medalla de las once que obtuvo en el certamen regional. En Sao Paolo, durante los Panamericanos, el tirador quedó en segundo lugar en fusil pequeño, posición tendido, haciendo equipo con Raúl Arredondo, Paulino Díaz y José Sáenz.


Después, Olegario Vázquez Raña fue seleccionado mexicano a los Juegos Olímpicos en Tokio, Sin embargo, el momento cumbre en su carrera deportivo ocurrió al superar su propio récord mundial en rifle de aire, con 393 puntos, en el marco de los Juegos Panamericanos celebrados en México en 1975.

Por cierto, el tirador mexicano estuvo a punto de ser expulsado de los panamericanos cuando decidió subir al pódium acompañado de su hija Gelita, de sólo ocho años, lo que fue juzgado como un desacato al protocolo por parte del Comité Organizador.

En cambio, el presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, lo felicitó efusivamente y le dijo había demostrado a nivel continental la unión familiar, que era lo que México necesitaba promover con el deporte. Eso fue lo que evitó que Olegario fuera suspendido de las competencias. Por el contrario, ese mismo año le otorgaron el Premio Nacional del Deporte, máxima distinción del gobierno mexicano para cualquier atleta.

Olegario Vázquez Raña fue electo miembro del Comité Olímpico Internacional por aclamación en la sesión celebrada en Budapest, Hungría, en 1995, posición que ocupó también el general Clark Flores, quien lo llamó el “niño del tiro” sin imaginar todo lo que iba a crecer.

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